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¿Por qué Chile es ideal para producir vino orgánico?

Chile se ha destacado por años en la producción de vinos por la variedad de sus cepas y la excelente relación entre calidad y precio que ofrecen. Y entre las diversas alternativas que el país ofrece, una de las más innovadoras es la producción de vino orgánico, un sector de la industria que crece a pasos agigantados.

Pero, ¿qué es un vino orgánico?

Se trata de aquellos producidos con uvas certificadas como orgánicas, dejando fuera del proceso de cultivo y vinificación elementos químicos, y siempre procurando una relación amigable con el entorno y con los recursos utilizados, como el agua o el suelo.

De igual forma, durante la vinificación de este tipo de vinos existen prácticas especiales, como limitar el uso de anhídrido sulfuroso (o sulfitos) -aditivo utilizado tradicionalmente como antiséptico y antioxidante-, entre otras.

Siendo así, los vinos orgánicos están directamente relacionados con el concepto de sustentabilidad, cuidando que cada etapa del proceso -desde la siembra de la uva hasta la vinificación- exista un manejo respetuoso de los recursos.

En lo que a manejo de plagas respecta, se evita el uso de pesticidas, prefiriendo la acción de insectos o animales que puedan eliminarlas naturalmente, lo que permite resguardar la biodiversidad y, con ello, parte importante de la identidad de los vinos.

La producción de vinos chilenos orgánicos

Impulsados por la demanda de consumidores preocupados por la sustentabilidad, los agricultores chilenos han hecho un esfuerzo por impulsar la producción orgánica en todos sus niveles. Esto ha llevado a que, hasta 2019, en el país se contabilizaran más de 113.000 hectáreas de superficie orgánica certificada.

Se estima, hasta 2020, la producción de vinos orgánicos representa un 2,5% de la totalidad del terreno ocupado por los viñedos nacionales. Dada la popularidad de estas variedades, esta cifra podría aumentar año a año.

En términos de exportación, los vinos orgánicos de Chile produjeron $48,7 millones de dólares entre enero y noviembre de 2021, con el vino tinto como una de las opciones más populares.

El territorio chileno y sus beneficios en el cultivo de vino orgánico

Uno de los factores claves a la hora de evaluar un vino es el terroir, un concepto que abarca un conjunto de factores, como el suelo, clima y las prácticas vitivinícolas de cada viñedo. En ese sentido, Chile es un país con grandes argumentos para la producción de vinos orgánicos.

Al respecto, vale la pena precisar que el terroir se potencia gracias a los microorganismos presentes en el suelo, así como aquellos responsables de realizar el proceso de vinificación o fermentación.

En ese sentido, la real ventaja del territorio chileno para la producción de vinos orgánicos es su geografía, ya que las montañas, el océano Pacífico, el desierto y los glaciares son verdaderas barreras de entrada que protegen la sanidad de nuestros viñedos de plagas como la tan temida filoxera (que asoló Europa en el siglo XIX), haciendo más fácil la producción orgánica de uva vinífera en Chile.

Vale la pena recordar que en Chile existen viñedos de norte a sur, esto significa una amplia variedad de microclimas y suelos, haciendo de nuestro país un territorio ideal para lograr un producto distinto, específico y que represente el lugar desde el que proviene. 

Siendo así, la importancia de impulsar la producción de vinos chilenos orgánicos recae en proteger nuestra particular biodiversidad con protocolos ecológicos, que nos ayuden a conservar las condiciones que llevan a la industria a destacarse a nivel mundial.

Viña Cono Sur: apuesta por la sustentabilidad

En las más de 400 hectáreas que en Viña Cono Sur dedicamos a la producción orgánica -tanto de vino tinto como de blancos-, las uvas se mantienen completamente libres de agentes químicos, dando origen a vinos de gran calidad, como el Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc o el aplaudido Pinot Noir Chile.

Para garantizar la sustentabilidad tras la producción de nuestros vinos, en Viña Cono Sur tenemos 17 años de certificación orgánica, algo determinante para posicionarnos entre consumidores cada vez más exigentes.

Gracias a ello, hoy podemos ofrecer algunos de los vinos orgánicos mejor catalogados del país, como Chardonnay, Malbec o Pinot Noir Chile, los cuales son ejemplo de prácticas sustentables.